Crónica de un final anunciado - 3era Parte: "Des-Bordes"

PP: _no te pudiste haber enojado con lo del video.

Pau: _ ya te dije que no me enojé. Si me lo seguís repitiendo me vas a poner de mal humor.

PP: _ya estás de mal humor. Si no fue el video entonces qué?

Pau: _nada Pedro, cortala con la indagatoria.

PP: _Hacemela fácil y decime por qué te enojaste.

Pau: _en qué idioma querés que te diga que no estoy enojada? Te pones pesado.

PP: _entonces transmitíselo a tu cara, desde que llegué que estás distante, cortante y cara cúlica. Te pasó otra cosa que no tenga que ver conmigo?

Tratando de bajar el nivel de la conversación, tomé aire e intenté serenarme. Realmente no tenía intención de transformar nuestro encuentro semanal en otro planteo de pareja.

Pau: _puede ser que esté cansada. El fin de semana dormí poco, y sabés que no me encanta volar… llegué hace 3 horas y todavía me zumban los oídos. Debo estar fastidiosa por eso.

Pedro hizo de cuenta que me creía y se levantó del sillón donde estaba sentado para ir hasta la cocina. Pasó por al lado mío y no dijo nada. Escuché que buscaba algo y al rato lo sentí hablando con Moro a mis espaldas.

PP: _vamos Moro, te ganaste un paseo… acompañame a fumar.

Y escuché como cerraba la puerta sin siquiera despedirse, ni mucho menos invitarme a acompañarlos.

Aproveché que Pedro salió para ordenar mis pensamientos.

Realmente no tenía ganas de discutir con él ni de desaprovechar el rato que estuviéramos juntos, metiendo otra vez malos entendidos y terceros en el medio… pero no podía evitar sentirme afectada.

El sábado en la cocina habían mostrado un video que Pedro me había hecho supuestamente para demostrarme lo mucho que me extrañaba… y el video en sí era gracioso, tocaba el tema con humor… casi como una sátira y mientras lo veía me había causado algo de gracia. Pero lo que no me causaba gracia era otra vez el imbécil de Iudica dando a entender  cualquier cosa.

Por qué siempre se divertía tratando de chicanearme a mí? Qué había detrás de sus bromas? Y  por qué Pedro se lo permitía? Eso era lo que más me sacaba. Que él no saltara a cortar con la joda pesada. Que no fuera él, el que le dijera “Mariano cortala, deja de joder” … acaso podría ser que ellos tuvieran un código y yo fuera una tarada que se estaba comiendo un buzón?

No quería pensar mal de Pedro. No lo creía capaz de mentirme. Pero la verdad es que tampoco creí capaz de mentirme a mis ex, y así me había llevado tremendas decepciones.  No tenía ganas de sentir dudas nuevamente. No iba a permitirme volver a sostener una relación llena de desconfianza. No podía ni quería volver a pasar por eso.

Me entristecí de sólo pensar que nuestra relación pudiera parecerse a alguna de mis experiencias anteriores. Tan sólo de imaginarlo comencé a angustiarme y ya estaba llorando con una película que mi cabeza había armado.

No me había dado cuenta lo afectada que estaba, hasta que me vi hecha un ovillo, llorando en la cama, abrazada a una almohada y sintiéndome sola en el mundo.

No sé cuanto tiempo pasó, pero Pedro y Moro  seguían tardando y eso comenzó a inquietarme.

Esperé unos minutos más y al no tener novedades suyas decidí escribirle, ya se estaba haciendo de noche y no era común que Pedro saliera con Moro tanto tiempo a caminar.

BBM a PP: dónde están? Van a tardar mucho?

Varios minutos pasaron y no tenía respuesta suya, y la D de mi celular anunciaba que ni siquiera lo había leído.

Genial, a mi angustia ahora le agregaba el condimento perfecto Chaves… la ansiedad.

Ping a PP…

Ping nuevamente…

BBM a PP: Pedro me estoy preocupando, podés volver o llamarme?

Me fui al baño y me miré en el espejo. Tenía la mirada desencajada. Entre el llanto de hacía un rato y la bronca mezclada con miedo por no saber a dónde habían ido ni por qué demoraban tanto, tenía las facciones duras y deformadas.

Volví al living y comencé a caminar por todo el depto, intentando tranquilizarme. Nada. No lo conseguía. Salí al balcón y busqué entre los transeúntes a ver si de casualidad lo veía… alguna señal que me indicara qué era de ellos. Nada.

Un frío recorrió mi columna y me obligó a volver al living. Estábamos en pleno verano y hacía calor, pero el viento amenazaba con bajar la temperatura y hasta quizás fuera presagio de tormenta.

Agarré el celular con determinación y lo llamé envalentonada… mi paciencia había llegado a su límite y ahora necesitaba explicaciones. 

1 tono, 2 tonos, 3 tonos y de golpe comencé a escuchar una melodía familiar proveniente del sillón. La puta madre Pedro! Su celular estaba en casa.

Evidentemente se le había salido del bolsillo mientras estaba sentado y se fue sin darse cuenta. Revoleé mi BB también al sillón y caí vencida en una de las sillas.

No llegué a pensar en nada más, que sentí las llaves en la puerta y escuche como Moro entraba jadeando directo a tomar agua, mientras Pedro cerraba la puerta.

Pau: _se puede saber a dónde fuiste y por qué tardaste tanto? - Grité sacada parándome de la silla y obstaculizando su paso.

Lo vi sobresaltarse y abrir los ojos como platos. Se quedó estático como cuando un nene recibe un reto de sus padres.  Sin reacción. Sólo me miraba y no articulaba gesto ni palabra.

Pau: _te pregunté algo – dije en un tono más bajo pero igual de dura.

Lo vi cerrar los ojos y dejar caer sus hombros. De golpe lo sentí abatido y esa imagen me dio miedo.

PP: _salí a dar una vuelta, necesitaba pensar – dijo con tono tranquilo y la mirada gacha – pensé que nos iba a servir para tranquilizarnos, pero veo que en vos surtió el efecto contrario.

Caminó hasta el sillón rodeándome para evitarme y lo vi tomar su bolso y su campera.

Pau: _qué? Te vas a ir ahora? – lo increpé volviendo a interponerme en su camino – me preocupé. Te mandé mensajes, te llamé…

Lo vi cómo buscaba confundido en sus bolsillos y le señalé con la mirada su celular.

Pau: _te lo dejaste acá – dije intentando bajar el nivel de discusión.

PP: _se me debe haber caído – justificó con tono compasivo – no quise preocuparte. Nos encontramos con tu primo y me colgué charlando.

Pau: _y ni te acordaste de avisarme…

PP: _ qué te pasa? Me explicás qué mierda te pasa? – dijo ahora levantando su voz y soltando con fuerza sus cosas sobre el sillón  - vengo apenas llegás de viaje, organizo toda mi semana en función de tus actividades y tus ganas, y apenas me ves, no hacés otra cosa que atacarme. Qué es? Explicamelo por favor.  Qué hice o qué pasó para que otra vez estemos discutiendo?

Y ahora la que quedo perpleja fui yo.  Retrocedí incómoda ante el avance de Pedro quien me miraba firme con enojo y tristeza a pocos pasos.

PP: _ ya no sé cómo tratarte. Siento que intento e intento y siempre me doy la cabeza contra la pared. Todo lo que hago está mal. Lo que digo está mal. Me siento en deuda y ni siquiera sé por qué… - hizo una pausa buscando que yo hablara y ante mi silencio siguió – hablame Paula, decime qué es lo que está pasando porque yo ya no entiendo nada.

Pau: _no sé – dije cargada de angustia.

PP: _no me digas más no sé. Date cuenta que estás construyendo una pared entre nosotros de ladrillos de “no sé”.  Algo te tiene que tener así, explícamelo. Habla conmigo, dame la chance de que te entienda.

Ambos quedamos en silencio contemplando la figura del otro sin poder mirarnos a los ojos. Un vacío se interponía y ninguno sabía cómo traspasarlo, cómo llenarlo.

Lo vi volver a agarrar sus cosas y no pude evitar que las lágrimas nuevamente volvieran a asomar.

PP: _Cuando quieras hablar me llamas. Y cuando quieras verme, ya sabés dónde encontrarme – dijo con decisión mientras se acercaba a la puerta.

Pau: _pará Pedro no te vayas así. Hoy venías a quedarte – dije apelando a su compasión aunque segura de que ya no tenía sentido.

Pedro se dio vuelta cargado de tristeza y mirándome a los ojos me dijo…

PP: _si yo supiera que quedándome solucionaríamos algo, te juro que me quedaría… pero siento que es peor.

Y aunque su partida me doliera en el alma, sus palabras eran ciertas… no nos hacíamos bien en ese momento. Necesitábamos aclararnos, ordenar nuestras cabezas y nuestros sentimientos.

Apenas Pedro pasó la puerta agarré el celu y llamé a Juampi, mi primo siempre me guiaba en estos casos y además estaba cerca… podría seguramente venir en mi auxilio.

En menos de una hora ya estaba tocándome el timbre con una pizza en una mano y helado en la otra. Le abrí la puerta con una sonrisa… pocas personas me conocían y contenían como él.

Juampi: _contame qué pasó… si yo hablé con él hace un rato y venía en son de paz, hecho una seda.

Pau: _lo arruiné negro. Cómo lo arruino siempre últimamente.

Juampi: _qué le dijiste o qué hiciste?

Pau: _lo vuelvo loco, no soy clara… y lo peor es que me doy cuenta pero no lo puedo manejar. Me enojo con él por cosas que no vienen directamente de él, y te juro que soy consciente, pero no lo puedo evitar.

Juampi: cosas como qué Pocha… yo tampoco entiendo. Poneme en tema.

Pau: _Inseguridades, mambos míos. De cualquier cosa chiquita hago un mundo.

Juampi: _Inseguridades sobre qué? De qué no estás segura? De él?

Pau: _me siento una yegua por sentir o pensar así, pero vengo de limarme los cuernos para pasar por la puerta… vos sabés lo mal que lo pasé, vos sabés lo hecha mierda que quedé.  Yo sé que Pedro no me haría eso, lo siento… pero al mismo tiempo mi cabeza no para. Siento que tampoco lo conozco tanto como para poner las manos en el fuego por él… y la distancia me come la cabeza… los chistes que se juegan al aire, las cargadas en doble sentido… me hace revivir todo lo que pasé y si bien no lo pasé por Pepe, no sé por qué se lo hago pagar a él. Busco resguardarme y para eso necesito tenerlo a distancia… hacer la que no estoy demasiado involucrada, cosa que si se termina… que si esto no funciona… pueda salir mejor parada.

Juampi: _supongo que al escucharte decirlo en voz alta, te das cuenta vos misma que estás diciendo una pelotudez, no?

Pau: _ negro no estoy para que me retes… te juro que entiendo todo pero no sé como revertir ni salir de esta situación. NO SIRVO PARA MANTENER RELACIONES A DISTANCIA… no sé en qué idioma decirlo para que me entiendan. No quiero, me hacen mal.

Juampi: _pará Pau. Bajá un cambio. Te estás haciendo la cabeza de más. Esta no es una relación a distancia… el pibe no se fue lejos… está a minutos de lancha y nada más. Ok, no se pueden ver todos los días, pero no es que está haciendo su vida en otro continente… estás pensando las cosas mal. Creo que te estás dejando comer la cabeza por experiencias pasadas que de verdad no se parecen en nada a esta. Además, esto es sólo por días… o quizás meses, pero no es su elección de vida. No es que siempre van a estar así.

Pau: _ya lo sé… pero mientras sea así, yo no puedo… no me sirve.

Juampi: _y se lo dijiste? Se lo planteaste? Pudiste hablarlo con él?

Pau: _me estás jodiendo Juampi? No hubo ni tiempo… además está todo lo relacionado con los programas y con el público… si yo ahora le digo que no puedo sostener una relación en estas condiciones, todo se van a creer que soy una mierda y que lo usé. Que me aproveche de él o de la historia nuestra para ganarme la simpatía de la gente… es un quilombo negro… nadie piensa en mí ni en lo que siento o lo que quiero.. hay intereses mezclados… la gente, el rating, los programas, Ideas… el laburo de Pedro.  Esta todo mezclado y es una mierda – y sin querer al terminar de decirlo me largue a llorar, abatida por la misma realidad y peso de mis palabras.

Esa era nuestra realidad… y como todas las realidades, no se la puede cambiar, sino asumir.

Juampi se quedó conmigo hasta que me tranquilicé y le prometí hablar con Pedro y aclararle mis miedos. Según él, todo era solucionable y sólo requería diálogo.

Que mi primo estuviera en gran medida convencido que las cosas con Pepe podían funcionar, le agregaba realismo a esa película que me había armado en la cabeza.  Quizás realmente fuera yo la rebuscada, la desconfiada, la insegura y estaba buscando excusas o indicadores para justificar mis arranques.

Se fue dejándome sola antes de la medianoche, después de insistirme hasta el cansancio para que lo llamara e intentara arreglar las cosas con él esa misma noche. Los tres sabíamos que de no ser hoy, no nos podríamos ver a solas, tranquilos, por varios días, hasta la próxima de sus salidas.

Hice tiempo mientras juntaba coraje para agarrar el celular y llamarlo. Lavé los platos, los vasos y las compoteras que habíamos usado. Sequé todo y lo guardé, cosa que jamás hacía. Pero evidentemente, todavía no estaba lista.

No sabía cómo iniciar el diálogo. Qué le iba a decir? Agarré el celular y con la mente en blanco mis dedos actuaron solos.

“el celular al que usted está llamando se encuentra apagado o fuera del área de cobertura”

Genial, una nueva y clara señal de que estábamos mas desconectados que nunca, la tecnología solo dejaba a la vista, nuestro serio problema de incomunicación por el que estábamos atravesando.

Ni siquiera me daba la opción de dejarle mensaje, además de que sabía que era al pedo, porque Pedro no los revisaba.

Me cambié, comencé mi rutina previa a acostarme y cuando estaba por meterme en la cama, lo volví a intentar.

Nada. Otra vez el mismo disquito.

Qué difícil poder dormirme esa noche con la cabeza llena de basura como la tenía. Encendí el LCD y recé por que la suerte jugara a mi favor y encontrar alguna de esas películas lava cerebros, las que sólo hay que fijar la vista y te emboban por sí mismas… esas que si te perdes medio argumento es igual, porque ya la viste mil veces y la podrías ver mil más.

Enganché “Locos por Mary” genial, tenía al menos una hora garantizada de no pensar en nada. Cuando la película estaba surtiendo efecto en mí, mi celular sonó y estaba tan distraída sumergida en la historia, que atendí sin mirar quien era.

PP: _ vos me llamaste? Tengo llamadas perdidas tuyas pero no sé si son de antes o de ahora.

Me descolocó tanto su tono, su forma de hablarme y el contraste con lo que sucedía en la película que quedé descolocada y sin poder de reacción… sólo atiné a bajar el volumen de la tele.

PP: _Paula estás ahí?

Pau: _si. Si.  Estaba distraída, disculpá. – y qué hacía yo hablándole como si nada?

PP: _me llamaste o son las llamadas de antes? Recién me avisa el celular.

Pau: _ te llamé. Dónde estás?

PP: _necesitas algo? Qué pasó? – preguntó seco, como pocas veces lo había oído conmigo.

Pau: _hablar con vos.

Silencio de ambas partes. Creo que ninguno tenía claro qué decir y mucho menos cómo encararlo.

Pau: _podemos vernos? – pregunté tímida sabiendo de antemano que tenía todas las de perder. Él ya había venido hasta casa, y yo con mis mambos lo había invitado a retirarse.

PP: _estoy en Mármol Paula, aproveché a venir a dormir con mi viejo que no lo veo nunca.

Pau: _ah. Entiendo. – y no podía decirle nada, porque la responsable de que no estuviera en mi casa había sido en gran parte yo.

PP: _no se… querés decirme algo, o tiene que ser en persona? – Pedro  marcando distancia era realmente el peor. Me la ponía bien difícil.

Pau: _preferiría que hablemos en persona – dije intentando suavizar las cosas.

PP: _bueno, entonces va a tener que ser en otro momento. Mañana tengo que estar temprano en ideas y después me voy a la isla.

Pau: _ah, pensé que te quedabas todo el día, que lo tenías libre – dije tanteando el terreno.

PP: _No.

Silencio de los incómodos que aunque duró segundos, parecieron largos minutos.

Pau: _Pedro no quiero que estemos así. Te llamé para aclarar las cosas. No me lo hagas más difícil – pedí casi en tono de súplica.

PP: _La que se encarga de hacer las cosas difíciles sos vos, yo trato de adaptarme.

Pau: _está bien. Tenés razón. Hoy la compliqué yo, pero quiero explicarte, necesito que entiendas lo que me pasa.

PP: _me encantaría entenderte, explicame.

Pau: _por teléfono es una mierda.

PP : _Paula no empieces a poner excusas. Si querés que entienda algo, va a tener que ser por teléfono porque ni sé cuándo vamos a vernos. – y me lo dijo con tanta seguridad que no me atreví a contradecirlo.

Le hablé de mi charla con Juampi, de mis inseguridades y mis miedos. Le expliqué lo que me generaban las relaciones a distancia. Me sinceré con él respecto a lo que me producían sus faltas de reacción a los ataques que yo sentía gratuitos de parte de Mariano. Lo mal que me llevaba con la idea de la ausencia y la necesidad de compartir mas momentos. Le conté sobre mis decepciones anteriores, sólo lo necesario, para que me comprendiera.  Y finalmente admití que me sentía sola, que me había acostumbrado a tenerlo para mí y que romper esa ecuación me daba pánico, porque los cambios, me daban pánico, y ese no era la excepción.

PP: _te das cuenta que el hermético no soy solo yo, no? – dijo con tono algo chistoso – quizás yo hable poco, pero vos … Creo que es la primera vez en mucho tiempo, que te escucho decir lo que te pasa de verdad.

Pau: _no me gusta cargar a los demás con mis mambos.

PP: _ yo no soy los demás.

Pau: _me entendés lo que quiero decir.

PP: _si y no. Quisiera creer que no estoy de más para vos.

Pau: _no dije eso Pedro, no des vuelta las cosas.

PP: _no lo dijiste pero lo pensaste, o lo que es peor… lo sentiste. Por eso te guardas todo para vos sola. Por eso no me contas lo que te pasa, lo que sentís.

Pau: _te lo estoy contando ahora.

PP : _porque no te quedó otra.

Pau: _siempre queda otra. Te lo estoy contando porque quiero que lo sepas. Quiero compartirlo con vos. Me cuesta, no lo niego, pero quiero hacerlo.

PP: _Por qué?

Pau: _Porqué qué?

PP: _Para qué me lo contas ahora? Qué querés que haga yo con esto, que te convenza que estás equivocada?

Pau: _no, yo sé que no te corresponde convencerme de nada – dije sincera – pero viste como cuando crees ver un fantasma y prendes la luz para ahuyentarlo como si con eso alcanzara? Bueno yo te lo cuento para ver si ahuyento mis mambos y dejo de hacerme películas.

PP: _lo bueno es que admitís que te comes la cabeza sola.

Pau: _no lo hago a propósito. No es lindo sentirte así.

PP: _imagino que no.

Y otra vez nos quedamos en silencio, aunque ya no era tan incómodo.

Pau: _te extraño, extraño estar como antes, compartiendo nuestras rutinas en ideas, pasar todo el día cerca. – dije con nostalgia.

PP: _no me hagas esto Pau, no me vuelvas loco – dijo casi derrotado.

Pau: _me dijiste que diga lo que siento, lo que me pasa y cuando lo digo, me pedís que no lo haga – dije sintiéndome culpable y a punto de comenzar a llorar.

PP: _gorda yo no puedo darte eso en este momento, y si es eso lo que necesitas, me mata no poder dártelo. Entendeme. Me siento culpable. Me siento en deuda.

Pau: _ pero yo sé que no se puede, sólo te dije lo que extrañaba. – y ahora ya lloraba, porque era una sensible de mierda, todo me desbordaba.

PP: _por favor no llores. Sabés que me mata escucharte llorar.

Pau: _ya está, necesitaba descargarme… no voy a llorar toda la noche, no te preocupes.

PP: _vos entendés que yo me muero por estar con vos? No puedo soportar que nuestra relación te haga mal.

Pau: _no me hace mal la relación ni vos, no se manejar las circunstancias, los cambios me desestabilizan. Me tengo que adaptar, es eso.

PP: _no sonó muy convencido.

Pau: _de verdad, es eso. Necesito tiempo para adaptarme y que vos lo sepas para mi es una carga menos. Por lo menos ahora vas a entender un poco mis ciclotimias.

PP: _vos ciclotímica, yo bipolar… indudablemente hacemos la pareja perfecta – dijo en tono de broma y logró arrancarme una risa tímida.

Pau: _quizás entre borders nos tengamos más paciencia – dije cómplice.

PP:_ prometo cargarme de paciencia, sólo si vos me prometes que nos vamos a ver más.

Pau: _y cómo?

PP: _no vas a esperar que yo venga cada semana, vas a venir vos también a visitarme. Vamos a encontrar nuestros momentos, Vamos a aprovechar cada ratito que podamos, aunque sea frente a cámaras.

Pau: _Pedroooo….

PP: _cortala Pau. Así nos conocimos y así nos funcionó. Yo sé que en tu cabeza habías planificado que este año no nos expusiéramos tanto, pero ya ves que de la otra forma, al no vernos nunca, no nos está funcionando.

Pau: _ peroooo – quise hablar y volvió a interrumpirme.

PP: _nada. Vamos a buscar vernos más. Vamos a probar recuperar nuestros espacios y vamos a manejarnos contando sólo lo que queremos, cómo antes, confiá en mí. No haría nada para perjudicarnos. Más interesado que yo en que esto nos salga bien, no creo que haya, no?

Pau: _en vos confío más que en mí. No sé si voy a poder.

PP: _pero yo en vos confío ciegamente, dejate querer.

y un día, despues de muuuuchos volví.
GRACIASSSSS de verdad! 
por el aguante, por respetar mis tiempos, y por hacerme saber que igual me esperaban.
Son lo más, y lo digo de corazón.
Tengo que terminarlo por ustedes y por mí.. porque odio tener pendientes y mucho más odio queme dejen a mí con la intriga... así que por respeto a ustedes, pronto, este EPI llegará a su fin.
Un poquitito más de paciencia.

No me puteen demasiado... el desenlace está por llegar.
(ya todos sabíamos de qué se traba)
Big Hugs! - Luna