domingo, 24 de febrero de 2013

Positivo - (o la 4ta es la vencida)




Nochebuena. Cena entre amigos. Un festejo tranqui para arrancar una temporada alocada.

Nos juntamos todos los del elenco y la producción para celebrar navidad.


No ofrecimos hacerlo en casa, porque yo no me sentía bien y no tenía voluntad para encargarme (aunque fuera algo sencillo) de ser anfitriona.



Pedro no se había mostrado muy feliz al respecto pero respetó mi decisión. A él le fascina ser anfitrión y tener la casa llena de gente siempre… a mí también, pero en estos días me sentía agotada y en lo único que pensaba era en recuperarme para arrancar la temporada con todas las pilas.



Desde que había llegado a Carlos Paz, me encontraba dividida entre dos sensaciones opuestas. Estaba feliz, por el comienzo de una nueva temporada de teatro que auguraba ser exitosa, y al mismo tiempo me sentía invadida por un sentimiento de malestar, ansiedad y preocupación, que no me dejaban terminar de disfrutar.



Pedro se daba cuenta que algo me pasaba y trataba de ponerle onda y contagiarme de entusiasmo, pero no era falta de motivación, era algo físico.



Yo se lo adjudicaba al ritmo de vida que habíamos tenido en las últimas semanas donde no paramos un minuto y corrimos a lo bestia para llegar con todo, aun estando ambos lesionados.


Desde ahí que sentía que tenía algo que no podía describir.

Todo lo que comía me caía mal, me traía acidez o directamente me cerraba el estómago.

Estaba agotada físicamente y necesitaba dormir mil horas de siesta para soportar llegar a la noche.

Por la mañana me despertaba sola, súper temprano y con un humor de perros por no poder seguir durmiendo.

Sufría el calor como nunca en mi vida, tenía la presión en el subsuelo y una retención de líquidos que me hacía parecer un sapo.

No soportaba más la bota, la hinchazón más el calor me estaban volviendo loca.



Si no me hubiera hecho los 3 test de embarazo que me realicé antes de viajar, debido el eterno atraso que estaba teniendo, juraría que estaba embarazada o al menos que todo lo que me pasaba podían ser síntomas de eso.



2 Evatest y 1 análisis de sangre. Todos negativos.



No tenía noticias de mi período desde el 24 de octubre, fecha en que debió venirme y desde ese día comencé a comerme la cabeza…



Me estaría pasando algo malo? Si tanto atraso no correspondía a un embarazo, era lógico pensar que algo no estaba bien.



Todos me decían que me relejara, que era el stress, que ya me iba a volver a venir, que no estuviera pendiente, que me olvidara… todo muy lindo pero poco factible.

Qué mujer a la que no le viene por 2 meses se lo toma relajadamente y menos si siente su cuerpo extraño y sin energía?



Trataba de no manifestar demasiado todo lo que pasaba por mi cabeza en esos días porque Pepe me daba a entender que ya estaba obsesionada con el tema. Y admito que sí, que estaba pendiente, pero el problema es que aunque hiciera esfuerzos por olvidarme, el malestar siempre volvía a manifestarse y hacerse presente.



Opté por guardarme casi todo lo que se me cruzaba por el pensamiento. Nunca había sido de las que están pendientes de las enfermedades y no pensaba volverme hipocondríaca ahora.



Tenía decidido que si para año nuevo, todo seguía igual, el primer lunes que tuviera libre, me iba a ir a Bs. As con alguna excusa, para hacerme todos los estudios y ver algún profesional. Iba a consultar con mi ginecólogo y con mi tío para ver qué me recomendaban, pero sin decirle nada a Pedro para que no me tomara por exagerada.



Habíamos terminado de cenar y de darnos unos regalitos. La noche estaba calurosa y el champagne del brindis enseguida me hizo sentir mal. Me abstraje un poco de la reunión y me quedé a un costado, tomando aire y esperando que se me pasara.



Marce se dio cuenta y se acercó para ver qué tenía. No quise preocuparla ni aguar la reunión, por lo que sólo me excusé diciendo que me dolía el pie por el calor y que estaba algo ansiosa por el estreno del día siguiente. Ella me aceptó las excusas pero pude leer en su mirada que no terminaba de creerme.



Marce: _cualquier cosa que necesites, sabes que contás conmigo Pau.



Y le agradecí con un sincero abrazo, porque sí, porque estaba sensible y cada demostración de afecto y preocupación me desarmaba.



Por suerte la reunión no terminó muy tarde. Todos coincidíamos en que teníamos que descansar para el estreno y lo mejor era intentar no trasnochar demasiado.



Llegué a casa con el estómago revuelto una vez más. Otra noche que recurría a la hepatalgina para ayudarme a quitar esa sensación de asco que sentía.



Estaba agotada y necesitaba la cama. Me saqué rápidamente el maquillaje y pasé por alto la rutina de las cremas.



PP: _gorda estás bien? Estás pálida.

Pau: _creo que no me cayó bien el champagne.

PP: _pero si solo brindaste amor, después me diste la copa a mí.



Levanté los hombros y moví las cejas porque de verdad no tenía ni respuesta ni explicación y tampoco quería extender la charla.



PP: _debe ser por el estreno amor, vení, vamos a acostarnos que te hago unos mimitos en la panza a ver si se pasa. Y dejá de comerte la cabeza que te conozco… vas a ver que después de mañana, vas a sentirte aliviada.



Y ojala tuviera razón y todo fuera un mambo mío… un ataque de ansiedad.



Esa noche milagrosamente descanse bien. No me desperté ni siquiera para ir al baño como lo venía haciendo todas las noches anteriores y si no fuera por el pajarito inoportuno que daba golpes con su pico en nuestra ventana, no hubiera abierto los ojos hasta el mediodía.



Aproveché para llamar a mamá por su cumpleaños y después me dispuse a desayunar y hacer todo con tranquilidad.

A ver si de esa manera lograba bajar un cambio y llegar con todas las pilas a la noche.



Entre a Tw para saludar amigos, y responder saludos y cuando comenté lo del pajarito, algunas de las chicas me respondieron que cuando un benteveo golpeaba la ventana, anunciaba la llegada de un bebé.



No les creí, pero me lo dijeron con tanta seguridad que lo busqué en Google y lo encontré.



Será que el pajarito sabe algo que yo no sé? Basta Paula, terminala. La última prueba me la había hecho hace menos de un mes, cuántos test más necesitaba para aceptar que no era embarazo?



La idea no paraba de darme vueltas en la cabeza. Por más que supiera que no estaba embarazada, no podía detener la imaginación… un bebito de Pepe y mío… una personita creada del fruto de nuestro amor, de ese amor tan puro, tan nuestro, tan mágico que tenemos. 


Yo sabía que no lo estábamos buscando y aunque ambos moríamos de ganas de ser papás, todavía no era el momento… o sí, en realidad estábamos en nuestro mejor momento y no nos preocupábamos demasiado en impedir que un bebé llegara… pero teníamos tantos planes laborales que nuestras ganas siempre quedaban postergadas.



Además yo quería primero casarme, preparar nuestro nido, tener nuestro espacio propio y ahí sí, buscar agrandar la familia.

Pero de tan solo imaginar un bebito en mi panza, me olvidaba de todas las excusas y razones para postergarlo y me dejaba soñar. Y si fuera realidad?



Pepe se levantó temprano, cosa que me llamó la atención.



PP: _ Buen día hermosa, como te sentís? Por qué te levantaste tan temprano?

Pau: _Buen día gordo – le dije mientras él me tomaba del cuello para besarme – que milagro vos levantado a esta hora… no son ni siquiera las 11.

PP:_ es que me despertó un ruido en la ventana y te vi a vos que te levantabas… pensé que ibas al baño y volvías a la cama, y como no volviste, ya no me pude dormir. Te sentís bien?

Pau: _si mi amor, estoy bien – dije muerta de ternura – quería aprovechar la mañana. Llamé a mamá por su cumpleaños y respondí mil saludos. Chateé con tus hermanas. Todos te mandan besos y Feliz Navidad. Dicen que los llames para arreglar lo de año nuevo.

PP: _ Haceme acordar cuando se me vaya esta voz de dormido que llame a mi suegrita amor, no quiero quedar mal – dijo mientras se refregaba la cabeza despeinando su pelo – desayunaste?

Pau: _Tomé un té recién. Ahora te preparo tu café – dije levantándome de la silla.

PP: _Gracias gorda, me gustan tus cafés – y me dio un pico – querés que prepare tostadas? Comiste algo?

Pau: _no, todavía no comí nada. Poneme dos porfi.



Preparamos todo en una bandeja y salimos los dos a desayunar a la mesa de afuera. El día estaba lindo y todavía no hacía demasiado calor. Se aguantaba un poco el sol.



Pau: _quiero sacarme este color verde que tengo, me siento más pálida que nunca… jamás me costó tanto tomar sol, no aguanto el calor.



PP: _yo nunca me banqué el sol, si no fuera por la pileta o por los partidos de futbol, viviría en verano adentro con el aire prendido.



Pau: _Gordo, vos también sentiste el pajarito golpeando la ventana esta mañana?



PP: _era un pajarito? – dijo mientras se paraba para tocar el agua de la pileta – te vi que te levantaste a mirar la ventana pero en el momento no llegué a reaccionar, qué le pasaba?



Pau: _no sé, sólo daba golpes con su pico en el vidrio, muy loco! – dije levantándome de la silla y sacándome la remera para ir hacia la pileta – lo comenté en Twitter y algunas me dijeron que anunciaba la llegada de un bebé.



PP: _vos decís que era la cigüeña pidiendo pista? – dijo Pepe divertido agarrándome por la cintura y abrazándome por detrás – llegaste a verlo? Mirá que la cigüeña es bastante más grande que un pájaro – y se hundió en mi cuello para dejarme varios besos.



Pau: _no seas tarado gordo, te hablo en serio. Lo peor es que lo busqué en Google y decía lo mismo. Que cuando un pájaro, en realidad un benteveo, golpea la ventana, es señal de un bebe en camino. Igual no reconozco al benteveo, así que nada… solo te lo comentaba.



Pedro me miró lleno de amor y una media sonrisa se le escapó.



PP: _Vamos al agua? – me dijo mientras me obligaba a acercarme más a la pileta, llevándome abrazada por la espalda.



Pau: _no puedo amor, tengo la bota – dije haciendo puchero, porque ya no la aguantaba más y el calor era infernal.



PP: _la sacamos y yo te llevo a upa, no apoyas el pie para nada. Dale, estás muerta de calor, te va a venir bien refrescarte.



Me senté en una de las reposeras, y Pedro sacó mi bota. Antes de que pudiéramos llegar al borde teníamos a Moro y Renata saltando alrededor intentando sumarse a la diversión.



Ni bien tocamos el agua, Moro se tiró y nadó hacia nosotros…

Renata pobre observaba desde afuera, todavía no tenía confianza para sumergirse. El agua no parecía fascinarle.

La pileta estaba divina. El contacto con el agua fresca me reanimó y me sentí mejor, más liviana, mas despierta… revitalizada.



Me quedé sentada en los escalones con la mitad del cuerpo sumergido y de a ratos haciendo la plancha, mientras veía a Pepe jugar con Moro.



Al rato ya nos encontrábamos secándonos al sol en las reposeras.



PP: _gorda, hoy nada de nervios y de ansiedad… almorcemos temprano y sale siesta. Te parece bien? Así llegamos fresquitos al estreno.



Pau: _me parece perfecto! Por suerte no hace falta ni siquiera que cocinemos… ayer Marce nos preparó Dogi bag, así que tenemos un poco de todo lo que sobró de la cena.



PP: _ excelente.



Nos secamos al sol, y al rato ninguno de los dos aguantó mas el calor y volvimos adentro. Pedro a hablar por teléfono y saludar a su gente, yo a tirarme un ratito. Otra vez el sueño me invadía.



Almorzamos temprano, dormimos una buena siesta, nos duchamos y salimos para el teatro.



El estreno fue una locura. La cantidad de gente que nos esperaba a la entrada, fue casi tanta como la que esperaba a la salida de la segunda función.

Lo vivimos como una fiesta. Y al parecer la gente también, porque no se iban más de la sala. Realmente fue súper emocionante. Ambas funciones a sala llena y con una energía que nos desbordaba.



Terminé llorando en mi camarín de la emoción. Silvina me miraba y se reía pero al mismo tiempo me abrazaba.



Sil: _estás muy sensible Pocha, me vas a terminar contagiando a mi.



Pau: _callate yegua, que vos no lloras por nada! Jajaja, no te burles de mí. No sé porque estoy tan boluda.

Sil: _no me burlo, de verdad me matas de ternura.



Nos cambiamos todos y salimos a cenar y a celebrar el gran estreno que habíamos tenido. Los chicos estaban eufóricos. No paraban de bromear y molestarse, tal como siempre, pero más infantiles y juguetones que nunca. Así les pagaba la felicidad a ellos.



Volvimos tardísimo a casa y otra vez me acosté con esa sensación de asco y de rechazo.

El bodysplash de Victoria Secret que usaba todas las noches para acostarme, de golpe ya no podía olerlo.



Me acosté pensando en que quizás estaba empachada… pero de qué? Si hacía días que estaba comiendo poco justamente porque todo terminaba dándome asco. Mañana le pediría a Naza que me curara el empacho como ella sabía… ya no aguantaba esa sensación de pesadez y de hinchazón.

Cerca de las 9 comencé a escuchar otra vez el ruido en la ventana, pero estaba tan agotada, que le hice poco caso y seguí durmiendo hasta que el despertador nos recordó que debíamos prepararnos para un móvil de Este es el Show, al que iríamos todos los del elenco.



Con Pedro nos duchamos y salimos rápidamente sin desayunar para el Resort donde se haría la nota. Cuando llegamos ya estaban todo, menos Tito y Marce que llegaron a los pocos minutos.

Sil y Lourdes habían llevado sus perros, que ya eran como hermanos de Moro y Renata.

Los perros fueron los primeros en disfrutar de las piletas, menos la Tiqui que se quedaba estudiando la situación desde el borde, temerosa de esa sustancia que no la convencía del todo.



Mi bota me impedía desplazarme con comodidad, así que traté de guardarme a la sombra. El sol estaba fuertísimo, y yo estaba sufriendo el calor al punto de sofocarme. Me bajó un poco la presión, por lo que entre Pedro y Freddy, se encargaron de refrescarme mojándome y colocándome hielo en el pie, para sacar un poco la bota e intentar que no me diera más calor.



El móvil duró horas, y yo las soporté estoicamente, aunque me sentía insolada, afiebrada, hinchada y con muy baja presión.



Aprovechamos el momento para almorzar unas ensaladas y yo me pedí un helado para combatir el calor.

Mientras esperábamos que nos dieran aire en el móvil, todos se tiraban al agua, y si no fuera por mi pie quebrado, ahí estaría yo también y seguramente no saldría de la pileta hasta la noche.



Volvimos a casa con tiempo suficiente para una mini siesta, ducharnos y salir nuevamente para el teatro.



Cuando llegué a mi camarín, un enorme ramo de flores me esperaba con una tarjetita de felicitaciones por el éxito del estreno. El ramo lo había mandado Naza, lo cual me recordó que la extrañaba y que tenía ganas de ir a visitarla pronto para ponernos al día.

La llamé y le agradecí las flores y quedé en visitarla mañana, después del almuerzo.



Las funciones salieron mucho mejor de lo esperado, ya que suelen decir que el segundo día en general la tensión afloja y eso baja la energía… pero el público nos daba tanto amor y nos llenaba de tanta buena vibra, que las funciones terminaron siendo una fiesta, igual que había ocurrido la noche anterior.



Estábamos todos tan cansados del móvil de la tarde y de las funciones, que por suerte no se armó el plan cena, y volvimos directo a casa a descansar. Ya habíamos cenado algo liviano entre función y función y sólo queríamos acostarnos… Pedro se sentía tan muerto y agotado como yo.

Quizás era real, que nos habíamos insolado un poco, o al menos tenido un golpe de calor.



Otra vez me despertó el pajarito en la ventana. Me levanté, fui al baño. Abrí las ventanas para tratar de espantarlo y cerré bien las cortinas para intentar volver a dormir.



Pedro se dio vuelta, dijo algo entre sueños sobre el pajarito que no llegué a entender, y se volvió a acomodar para seguir durmiendo.



Mientras esperaba que el sueño volviera, otra vez me detuve a pensar en lo que habían dicho las chicas sobre el significado del pájaro.

Más tarde buscaría la imagen del benteveo para saber si era esa clase de bicho, o era uno cualquiera que simplemente se veía reflejado en el vidrio…



Volví a despertarme al mediodía. Por fin había logrado descansar bien.  Las dos funciones más el largo móvil de ayer me habían dejado realmente sin nada de fuerzas.



Me levanté a preparar el desayuno y constaté que estaba nublado. No nos venía nada mal, después de habernos insolado ayer. Al cebar el primer mate, se me revolvió el estómago y tuve que salir corriendo al baño de las arcadas que tenía.



En el camino, sin querer me llevé por delante a Renata que dormía relajadamente pegada a mis pies, como suele hacerlo siempre… y encima con la bota, lo que hizo que largara unos gritos como si la hubiera matado.



Escuché que Pedro me preguntaba desde la habitación que pasaba… si estaba todo bien… pero en ese momento no podía responder porque me encontraba devolviendo.



Salí del baño y Pedro venía caminando buscándome.



PP: _que pasó gorda, estás bien? – tenía cara de preocupado aunque disimulaba.

Pau: _si, no sé… de golpe quise tomar mate y me agarraron arcadas. Tuve que salir corriendo al baño y sin querer me la llevé puesta a la chancha.

PP: _otra vez mal de la panza gorda? Comiste algo?

Pau: _nada, cené anoche las pastas y después de eso nada mas. Pero siento como un fuego acá arriba… en la boca del estómago.

PP: _querés que llamemos un médico? O a tu tío para ver que recomienda? Hace días ya que estás así. Pensé que iba a pasarse con el estreno, pero me parece que es otra cosa gorda.

Pau: _pensaba pedirle a Naza que me cure el empacho, te acordás que el año pasado se lo curó a Euge y al Titi?, pero sí… no está demás llamar al Gordo.



Me dio un beso en la cabeza y me abrazó por la cintura. Me acompañó hasta una silla y fue a buscar el teléfono.



PP: _dale llamalo, vas a estar más tranquila. Sé que te pone nerviosa sentirte mal. Te veo la cara.



Pepe siempre sabía lo que yo necesitaba y cómo darme paz. Era increíble que me conociera tanto.

Tomé el celular que me estaba dando, y llamé a mi tío.

Después de saludarlo por navidad y contarle brevemente sobre el estreno comencé a contarle lo que me venía pasando en estos últimos días. Aproveché que Pedro se había ido al baño para hablar con libertad y contar todo con lujo de detalles.

Tío: _mirá Pau, por lo que me decís, yo volvería a descartar el embarazo.

Pau: _ pero Gordo me hice 3 test, parezco una maniática obsesiva ya.

Tío: _me dijiste que el último te lo hiciste para hacerte la resonancia y eso fue hace más o menos 20 días. Es muy probable que si estabas de poco tiempo, en el análisis de sangre todavía no saliera. Yo descartaría eso, para después sí investigar con unos análisis más en profundidad. Pero empecemos por algo que podés hacer vos así vamos adelantando.- hizo una pausa y continuó - la sensación que sentís en la boca del estómago es acidez. Y es lógico que lo sientas, más en ayuno. Hay unos caramelos que podés chupar para eso, y te van a ayudar. - tomé nota del nombre que me decía - y con respecto a los estudios, los vamos a organizar para el próximo lunes. Dejalo en mis manos. Vamos a hacerte una eco de estómago para descartar cualquier obstrucción y ver por qué la inflamación. Vas a poder viajar?

Pau: _si obvio. Ya no me banco estar así. Además me preocupa. Vos sabes que yo no soy de sentirme mal, y menos por mucho tiempo y esto ya se está haciendo largo - dije resuelta - pero por favor no le digas a nadie. No quiero preocuparlos. Voy a buscar alguna excusa para viajar y después con todos los estudios vemos. Debe ser una pavada.

Tío: _arranquemos por lo que te dije. Te compras estos caramelos para la acidez y te haces un nuevo test, así por lo menos, eso lo dejamos de lado.



Me despedí del Gordo, prometiendo hacerle caso. Y no descarté pasar por lo de Naza para saludarlos y de paso, pedirle que me tire el cuerito.



Pepe volvió del baño y me preguntó qué me había dicho mi tío. Le comenté lo de las pastillas para la acidez, y evité volver a mencionar que me haría otro test de embarazo.



Al rato me sentí mejor y como se acercaba la hora del almuerzo y no tenía ninguna intención de cocinar, le propuse una mano de chin chon a Pepe para que el que perdiera, fuera el mulo del otro. Como siempre, Pepe se sumó divertido y como siempre en el chin chon… le terminé ganando. Por muy poco, pero ganando al fin.



Pepe se puso a cocinar. Patitas con puré chef. Su menú de cabecera. Comimos afuera aprovechando que corría lindo aire fresco y después se levantó a lavar todo lo que habíamos ensuciado.

Mulo es mulo, service completo.

Ya que podía abusarme un poco de él, le pedí que me acercara hasta lo de Naza. Odiaba no poder manejar y depender de todos para cada cosa, pero realmente la extrañaba y quería ir a hablar con ella. Me llevé conmigo a Moro y la Tiqui, porque Titi estaba enamorado de ellos y era adorable verlos jugar juntos.



En lo de Naza estaban terminando de almorzar… otra casa en la que vivían con los horarios corridos como nosotros debido a las funciones de teatro y sus horarios de trasnoche.

Cuando terminaron de comer, Naza y yo nos fuimos para adentro, a charlar un rato a solas, ponernos al día, y de paso, curarme el empacho.



Naza: _Gorda si te sigo tirando, te voy a dejar marcada. Vos no estás empachada.

Pau: _No sabés lo mal que me siento del estómago Naza… no es todo el tiempo, viene y se va. Pero cuando viene, me agarra con todo. No puedo ver ni oler nada. Todo me revuelve o me da arcadas.

Naza: _perdóname que te lo diga así, pero vos estás embarazada.

Pau: _ojala fuera eso Naza, pero ya me hice 3 pruebas y todas me dieron negativo.

Naza: _cuando te hiciste el último?

Pau: _cuando estábamos por bailar la final… para hacerme la resonancia me hicieron un análisis de sangre y dio negativo también.

Naza: _Ah pero eso fue a principio de mes, ya pasaron varias semanas. Ojo que con Gonza a mi también me dio negativo el primero que me hice. Puede pasar.

Pau: _no sé, siento que estoy obsesionada con el tema. Tendré algo malo?

Naza: _nena no lo digas ni en joda. Vos querés que yo te pegue? No pienses boludeces querés! Sacate esas ideas tontas de la cabeza y pensá en positivo.

Pau: _te juro que lo intento todo el tiempo, pero después vuelvo a sentirme mal y el positivismo se me va al carajo… sabés lo que odio estar enferma. No me aguanto.

Naza: _yo que vos me hago otra prueba. Confiá en mí. Acordate que soy medio brujilda… y yo acá percibo un baby en camino – dijo tocándome la panza.



De tan sólo imaginarlo se me puso la piel de gallina y un escalofrío recorrió mi espalda… no aguantaba mucho más… iba a tener que hacerme otra prueba.



Después de un rato llame a Pepe para que nos buscara, habíamos quedado que esa tarde antes de ir al teatro, haríamos una nota y unas fotos para La Voz del Interior y no quería que se hiciera tarde.



Llegué al teatro sintiéndome mal. No quería decirle nada a Pepe ni a los chicos para no preocuparlos, pero apenas salí de escena en la primera función, tuve que correr al baño de las nauseas que sentía.

Gladys me vio lo mal que estaba y se acercó para preguntarme que tenía. Tuve que pedirle por favor que guardara mi secreto y que me hiciera el favor de ir hasta la farmacia a comprar las pastillas para la acidez y de paso un test de embarazo.



Cuando se lo dije quedó azorada, pero enseguida la tranquilicé…



Pau: _no te asustes, no creo estar embarazada pero me pidieron que lo descarte ya que me siento mal hace unos días.



Gladys asintió y sonrió cómplice. Prometió guardar el secreto, sobre todo para no preocupar a nadie y que las funciones siguieran con normalidad.



La noche terminó en una gran cena de todo el elenco y la producción. Cosa que el año pasado disfrutaba muchísimo, pero hoy me sentía muerta de cansancio.



El no dormir siesta me había matado.



Pedro que siempre es de estirar las sobre mesas, vio mi cara pálida y se apuró a volver a casa. Lo amé por eso.

Amo esos pequeños detalles en los que siento que me cuida, sin que yo tenga que explicarle nada.



En el auto camino a casa me preguntó si estaba bien.



PP: _estás demasiado callada amor, tanto que no sé si asustarme.



Y tenía razón.. la incertidumbre de no saber que mierda me pasaba, me estaba comiendo la cabeza. Millones de pensamientos se agolpaban al mismo tiempo y no todos eran felices.

Era verdad que estaba callada, pero porque tenía miedo que se me escape algo de todo lo que estaba pensando.



Pau: _no me pasa nada, estoy cansada gordo. Hoy no pude descansar a la tarde y evidentemente ya no estoy para estos trotes – dije tratando de minimizar la situación.



PP: _estás segura que es sólo eso? Hoy te noté insegura en las funciones. Te seguís sintiendo mal? Estabas como apurada para salir de escena.



Pau: _sigo con esa sensación de estómago revuelto gordo… Naza me tiró el cuerito pero me dijo que no estaba empachada.



PP: _bueno, mañana nos levantamos y vamos a la clínica o llamamos a un médico. Ya son varios días… quizás estás incubando algún virus. Como cuando te agarró gastroenteritis, te acordás?



Y la verdad es que la había pasado tan pero tan mal, que era imposible olvidarme.



Pau: _no por favor! Ni me lo recuerdes. No podría hacer las funciones estando así.



PP: _Bueno por eso, mañana hacemos que te revise un médico y descartamos cualquier pavada. Mejor prevenir, si? – me dijo tomando mi mano para acariciarla mientras con la otra manejaba el volante.



Llegamos a casa y mientras yo estaba en el bañó sacándome el maquillaje Pepe se acercó para ofrecerme un té, el cual agradecí y al mismo tiempo negué.



PP: _querés que te prepare las gotitas de Hepatalgina? Seguís con sensación de asco?



Y la verdad es que sentía mas asco que nunca, pero no quería tomar nada porque si llegaba a estar embarazada, era consciente que no debía tomar medicamentos sin consultar. Preferí decirle que no, sin dar demasiadas explicaciones.



Cuando salí del baño, Pedro me esperaba ya acostado.



PP: _venga mi gordita hermosa que la voy a llenar de mimos - ,me dijo con la voz mas tierna del mundo y poniendo trompita al hablar.



Pau: _nunca mejor dicho lo de gordita, amor… siento que voy a explotar. Vos viste lo hinchada que estoy?



PP: _gorda yo te veo igual, pero es obvio que si te sentís mal, te sientas pesada o hinchada.



Pau: _no es solo lo que me siento gordo… tengo muchísima retención de líquido, algunos anillos ya no me los puedo poner porque se me marcan los dedos y no los aguanto. Ni hablar de las sandalias. Estoy hecha un sapo.


PP: _ahhh pero el sapo mas hermoso! Además estás mintiendo… sapo debería ser yo, vos en todo caso rana – e hizo unas morisquetas que me hicieron sonreír a pesar de estar harta de sentirme así.



PP: _veni bebe, acomodate acá que yo me encargo de mimarte para que se vayan todos los dolores y los malestares.



Pedro me recostó sobre su pecho y acarició mi pelo mientras me llenaba de dulces y pequeños besos la cabeza y la frente.



PP: _apagá la cabecita amor. Descansá que mañana vamos a que te vean. Todo va a estar bien, vas a ver. Debe ser una boludes… alguna de esas pestes de verano.



Tardé poco y nada en dormirme. Sus brazos siempre me llenaban de paz y de seguridad. Estando ahí y así, nada malo podía pasarme.



Soñé mucho toda la noche. Soñé que una mujer muy luminosa me sonreía y me abrazaba. Soñé que era Ana, la mamá de Pedro, a quien no había conocido en persona pero tenía muy presente por las mil fotos que había visto suyas. Soñé que me bendecía besando mi frente y acariciando mi panza.



Me desperté con una sonrisa y sintiéndome distinta. Noté que tenía las manos de Pepe rodeando mi cintura y posadas sobre mi panza y mis manos estaban entrelazadas a las suyas. Las acaricié y Pedro se aferró más fuerte a mis dedos y a mi cintura, dejándome un beso en el hombro.

Estaba dormido y aun así era un tierno y un hermoso.

No pasaron ni 3 minutos que el pajarito vino como todos los días a golpear su pico en nuestra ventana.

Esta vez no me molesté en intentar callarlo ni espantarlo.



Con cuidado de no despertarlo me fui soltando de Pepe para ir al baño.



De camino agarré mi cartera. Era la hora de la verdad. Saqué el test que me había comprado Gladys anoche y me encerré en el baño. Aproveché mientras esperaba que la o las rayitas aparezcan a lavarme los dientes.

Algo en mí sabía cuál sería el resultado… sólo necesitaba confirmarlo.

No es que estuviera preparada, solo que durante la noche, sentía que algo había ocurrido llenándome de paz.



Agarré la prueba y antes de mirarla, cerré los ojos y me persigné, tal como hacía cada noche antes de salir a escena, o cada vez que me enfrentaba a algo grande e importante.



Cuando los abrí, vi exactamente el resultado que esperaba.

Tardé en reaccionar.

De golpe mi corazón latía a mil por segundo y sentía que no me cabía en el pecho.

Me agarró ansiedad, nervios, euforia… cómo se lo iba a decir a Pedro?

Había imaginado todo, menos la forma de comunicárselo.



No podía seguir en el baño… la cabeza mi iba a mil…



Cuando abrí la puerta me tomó por sorpresa ver a Pedro parado cerrando las cortinas… se ve que el pajarito lo había despertado también a él. No llegaba a ver su cara  porque la habitación estaba en penumbras.



Pau: _Pedro abrí las ventanas. – dije sin pensar siquiera lo que decía.



Pedro quedó inmóvil sin entender nada. Podía percibir su confusión aún sin verle los gestos.



Pau: _Abrí las ventanas Pedro, corre las cortinas, abrí, dale – dije impaciente para tener la luz que me faltaba para mirarlo a los ojos y darle la noticia.



PP: _que pasa Paula, por Dios, que pasa? - dijo entre confundido y asustado.



Y sin que pudiera guardarlo un segundo más se me escapó de los labios sin poder evitarlo…



Pau: _estoy embarazada. – y me quedé muda esperando su reacción.



Habrán sido segundos que parecieron minutos en los que ninguno habló ni se movió.



PP: _qué? – dijo con el poco poder de reacción propio de tremenda noticia – cómo?



Pau: _que estoy embarazada gordo, que viene un bebe en camino, que vamos a ser papás. – dije ya mas emocionada.



Sentía que mientras se lo decía a él, también lo iba internalizando yo. Esta vez era real, la prueba mostraba dos rayitas, el test daba positivo.



PP: _no entiendo Paula, es una joda?  - dijo confundido – me estás jodiendo. Hoy es el día de los inocentes. Es una joda – dijo resuelto y aseverando lo que decía.



Pau: _no gordo, nunca jodería con algo así. Me acabo de hacer un test, mirá – dije extendiéndole la prueba con las dos rayitas cada vez más marcadas.



PP: _no entiendo que es esto? – seguía entre confundido y desconfiado – cuando te lo hiciste?



Pau: _recién, anoche le pedí a Gladys que me lo comprara, necesitaba descartarlo otra vez.



PP: _pero como no me dijiste nada? – y su tono se iba ablandando – es verdad?



Y su expresión se estaba transformando de incertidumbre a sorpresa mezclada con nervios. Me mataba de ternura verlo así.



Pau: _es verdad amor. Ahí están las dos rayitas – dije tímida – vamos a ser papás.



Y aunque hasta hacía 2 segundos estaba entera, de golpe se me aflojaron las piernas y comencé a quebrarme.

Me acerqué a Pedro, necesitaba abrazarlo y que los dos termináramos de caer en la realidad.

Él me tomó por la cintura pero me sostenía la mirada como tratando de leer lo que pensaba, de confirmar lo que había dicho.



Mientras nos mirábamos a los ojos, las lágrimas brotaron y ya no necesitamos hablar.

Nos besamos colmados de amor y de ternura. Nos abrazamos aferrándonos al otro con fuerza, para estar pegados, sabiendo que no nos soltaríamos nunca más.



Nos separamos sólo para volver a mirarnos a los ojos y sonreír de felicidad.



PP: _gracias mi vida, gracias. Te amo tanto Pau, vos no sabes lo feliz que me haces.



Pau: _Soy feliz porque te amo con el alma Pepe, y aunque no pensé que fuera posible, hoy me siento inmensamente más feliz – dije sonriendo mientras le daba un beso y me apoderaba de sus labios.



PP: _de verdad vamos a ser papas? – me dijo mientras rodaban algunas lágrimas por su mejilla.



Pau: _de verdad mi amor – dije jugando con su pelo y acariciando su nuca – tengo un bebe adentro y es todo nuestro – dije mordiendo mi labio inferior como cada vez que estaba nerviosa.



Pedro me acarició la panza en un gesto de dulzura infinita que me puso la piel de gallina y me estremeció por completo.



PP: _Te amo, te amo, te amo, te amo Paula – dijo mientras me llenaba de besos.



Y yo me colgué de su cuello para fundirme en sus labios. 
Después de todo lo que habíamos soñado este momento, por fin ya éramos tres.



Mil gracias a todas por esperar pacientemente mi regreso. Acá les dejo el Epi más pedido por amplia mayoría.
Gracias por todos los mensajes lindos que me mandan y por extrañar esto que para mi es un hobby, y un placer.
Perdon por hacerlas esperar tanto... fue un mes complicado y de desconexión.

y para terminar... ojalá este mas o menos a la altura de vuestras expectativas. 
Hasta el próximo Epi!
Besos

Luna 



6 comentarios:

  1. Ayyyy que lindo por favor!! definitivamente no pudo haber sido mejor, me encantó, me mató de amor el final.. y que alegría que hayas vuelto con la escritura, y justo con este epi.. creo que todas estamos agradeciendo por haberlo compartido con nosotras!! ya quiero ver que se te ocurre para alguno próximo jaja un beso Luna!

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    1. Gracias Lu!!! mi fiel lectora! jajaja creo que vos lo esperabas mas que nadie... si no lo subía, estaba en falta con vos! jajaja
      (y con todas, lo sé)

      Me alegro de verdad que fuera lo que esperabas

      Besotes!

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  2. que lindo que hayas vuelto a subir porque ya extrañaba tus cortos,son buenísimos!!!
    me encanto,simplemente hermoso!!!

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    1. Mil gracias Noe!!! y gracias por comentar siempre.

      Es lindo saber que lo disfrutan!
      Besotes

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  3. Creo que ya te lo habia dicho pero lo repito amo como escribis :) son tan reales todos, me encantan y si algun dia me queres hacer feliz podes ecribir un episodio cn lo de la eco :) Gracias

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    1. Muchisimas gracias Patty!!!
      dale, me quedo con la sugerencia jajajja ;)

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